lunes, 20 de junio de 2016
EDITORIAL COLMADOS, COLMADONES Y "DRINES", FOCOS DE PERVERSIDAD.
Escristo por
armando Pérez
Martínez
Estos corrompidos lugares, de los cuales debe haber millones en todo el país, son focos insuperables de todo tipo de perversidad, incluyendo drogas y prostitución, que atraen a jovenes de los distintos estractos de nuestra desorientada sociedad, especialmente provenientes de los barrios marginados, quienes acuden a fiestar en ellos durante las noches, con mayor frecuencia los fines de semana y días feriados. Los indicados establecimientos, normalmente no tienen espacio para alojar en su interior a los usuarios de la aberrante diversión que ofrecen, a base de exagerada música que constituye alta contaminación sónica, molestosa para todo el vecindario, muchas veces resignado a ese tormentoso infierno nocturno, donde acuden los llamados "reisin" abordo de motocicletas, carros y yipetas con equipos de músicas y denominados "quitipon" instalados, con el agravante de que aunque estén a bajos volúmenes, estremesen todo lo que esté a muchos metros de distancia. Por esos conplicados sitios, se dificulta el paso de transeúntes y vehículos, debido a la alegre y desordenada multitud, tanto de pies, como sentada; sillas y botellas por todas partes y ni hablar de la alteración al pudor y la decencia, que allí parece sin límites. A esos lugares de mala muerte, acuden jovenes mujeres, incluyendo menores de edad, vistiendo muy pocas ropas, así como homosexuales, prostitutas y abundantes "deliberis" vendedores de todo tipo de drogas. Es traídos por esas tentaciones, que jóvenes entre dieciséis y veinticinco años de edad, en las horas previas a la apertura cotidiana de dichos establecimientos, se dedican a asaltar y robar, como única forma de poder adquirir dinero para asistir a esos lugares a complacer sus vicios y los de las chicas que les esperan, consumidoras de drogas, servesa, ron y juka. Se trata de individuos que ni trabajan ni estudian, sin embargo muchos de ellos ostentan caras vestimentas y tenis al último grito de la moda. Mi experiencia policial de más de 28 años ininterrumpidos me dice claramente, que si no son los "drines", colmados y colmadones, así como el consumo de drogas, los factores que mueven a los delincuentes a cometer sus actos, que muchas veces incluyen asesinatos de ciudadanos en sentido general, entonces tienen una muy alta influencia en los mismos, razón por la cual creo firmemente que a estos establecimientos, aunque se les permita la venta de bebidas alcoholicas, debería prohibirsele la colocación de música y que esta sólo se permita en lugares de diversión cerrados que cumplan con los requerimientos de seguridad adecuados, como forma de prevención de la proliferación de hechos delictivos, a la vez que evitaríamos que jovenes indefensos, quienes sí trabajan y estudian, pero que también acuden a dichos tipos de diversión, caigan en esas redes. Hablando en términos individuales, debo decir que la Policía Nacional, hace un extraordinario exfuerzo para mantener el orden público al respecto, pero el problema resulta, a decir del argot popular,como tu atajar un río.
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